Nuestra historia

Más de 400 años llevan los jesuitas educando en Pamplona. El primer colegio de la Compañía de Jesús en la capital navarra se fundó el 19 de abril de 1580, gracias a don Juan Piñero de Elío. Situado en la calle Compañía, se llamó Colegio de la Anunciada y salió adelante gracias también al apoyo de Santa Teresa de Jesús. El colegio se cerró el 3 de abril de 1767, cuando el rey Carlos III expulsó a los jesuitas de España. Actualmente ese edificio alberga la Escuela de Idiomas del Gobierno de Navarra.

Hasta 1946 no hubo otro colegio de la Compañía en Pamplona. Es en ese año, concretamente el 26 de septiembre, cuando nació el Colegio San Ignacio, con sede en la calle Mayor, 31. Tenía tres aulas y 50 alumnos. En octubre del año siguiente el Colegio pasó a un chalé de la calle Arrieta, en el número 3. Dos años más tarde, en 1949, se trasladó de nuevo al número 17 de la calle Media Luna, ya que los alumnos (128) no cabían en la antigua sede. En 1951 el prelado de la diócesis celebró la misa de inauguración del nuevo centro, en la calle Bergamín, número 32. El colegio tenía entonces 291 alumnos.

A partir de aquí el crecimiento ha sido imparable. En 1959, dos años más tarde de la bendición del primer pabellón, se inauguró la Iglesia de la Inmaculada. Después, en 1962, el salón de actos y, más tarde, el segundo pabellón. En 1964 el colegio tenía ya 898 alumnos.

Durante veinte años el colegio continuó con su labor de formación y crecimiento, tanto físico como de número de alumnos. En 1983 acabaron las obras del edificio del solar de la calle Larrabide, obra de seis plantas que fue supervisada por el P. José Antonio Castellot, rector y antiguo alumno, y por el H. José Martínez de Lizarrondo. Al año siguiente son admitidas las doce primeras alumnas del colegio en primero de Educación General Básica. Actualmente el número de alumnos ronda los 1.800.

En los últimos años el Colegio ha seguido modernizándose: taquillas para las tabletas y los portátiles de los alumnos, salas de ordenadores, nuevo edificio de infantil, polideportivo y campo de hierba artificial, página Web, Facebook, Twitter… A todo esto se suman las actualizaciones pedagógicas, los cambios metodológicos, los trabajos por proyectos interdisciplinares, el impulso de los idiomas… Todo ello, como señalaba el padre Pedro Arrupe sj, con el objetivo de hacer “hombres y mujeres para los demás”.

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